Sus libros o citas en otros. (Foto: H. Lima Quintana; O. Bayer y Q. Llopis).

Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Rodolfo Walsh

En la Universidad Nacional del Litoral

Moya y Juan Besoky presentaron una ponencia en las VI Jornadas de Trabajo sobre Historia Reciente: El humor en la revista afín a la Triple A, luego publicada por la Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente (Eje 6) e incluida en el libro editado por la Universidad.
(Facultad de Humanidades y Ciencias.
Santa Fe, 8 al 10 de agosto de 2012)
Autores: 

Besoky, Juan Luis foto (CONICET) 

Moya, Alberto (FPyCS-UNLP)

Política y humor en la revista El Caudillo

Resumen
En esta ponencia, pretendemos dar cuenta de las marcas discursivas de un medio que sumó las páginas de humor a un ideario político para contribuir a un proyecto de demolición de sus adversarios. El medio elegido es el semanario El Caudillo, expresión orgánica de los sectores ortodoxos y contra-revolucionarios del peronismo e identificada con la línea que sustentaba los crímenes de la Triple A, una organización terrorista de ultra derecha que acabó con la vida de dos mil personas del campo popular durante la democracia de 1973-76.
Un antecedente:


La construcción del enemigo: el estereotipo de la izquierda
¡Los engañamos, no somos peronistas,
somos putos, faloperos y trotskistas![1]

El Caudillo de la Tercera Posición[2] apareció el 16 de noviembre de 1973 (un mes después de la asunción de Juan Perón; a dos del crimen contra José Rucci). La revista monocromática que instaba a dar la vida por "Perón, Dios y la Patria", proclamaba:

El mejor enemigo es el enemigo muerto

Diagramado igual que El Descamisado –de la Juventud Peronista–, planteó una "lucha frontal" contra "infiltrados marxistas" que pretendían "apropiarse del movimiento" peronista. Su heterogénea lista de "enemigos" incluía a Montoneros; agrupaciones juveniles de izquierda; funcionarios del gobierno de Héctor Cámpora; comunistas; la guerrilla del ERP; dirigentes radicales; religiosos tercermundistas; la "sinarquía de derecha"; dirigentes de la comunidad judía y abogados de derechos humanos. Su director, Felipe Romeo, integró la ultraderecha en la masacre de Ezeiza (1973). Su jefe de Redacción fue el falangista José Miguel Tarquini.[3]
Romeo y Tarquini, de personalidades muy diferentes, sólo tenían en común el interés tercermundista del peronismo. La revista empezó sin publicidad pero en el tercer mes empezó a tenerla casi con exclusividad por parte del Ministerio de José López Rega. Poco después, Tarquini renunció y se fue a España.[4]
En una segunda etapa, a partir del 17 de octubre de 1975, El Caudillo fue financiada por Lorenzo Miguel, pero sólo hasta fin de año, en que dejó de aparecer.

El humor

A partir de la segunda edición, Tarquini incluyó, casi siempre en la penúltima página, una sección de Chismes y entretenimientos que luego se convertirá en la de humor.
Un análisis de sus viñetas permite hallar continuos rasgos estéticos que contribuyeron a crear un estereotipo del militante de izquierda.[5]
La caracterización de homosexuales no fue propia de Tarquini, aparecerá más adelante; pero sí abundó la relación con el judaísmo, el psicoanálisis y hasta se los trató de “vagos”.[6]
La figura del Montonero fue representada con lentes de intelectual, grandes orejas, nariz aquilina y con distintivos como la estrella de David, la hoz y el martillo o la bandera estadounidense. Estos rasgos buscaban enfatizar la caracterización de los sectores de la Tendencia revolucionaria como intelectuales (por lo tanto, no trabajadores); marxistas [Ilustración 2] (no peronistas; o sea, infiltrados); judíos (apátridas) y pro yanquis (agentes de la CIA) [Ilustración 1].

Le sumarán a algunos gestos y ropas de mujer para tildarlos de homosexuales [Ilustración 6] y de drogadictos [Ilustración 4].
El estereotipo –como señala Burke– puede no ser del todo falso, aunque a menudo exagera elementos reales y omite otros. El caricaturista apela a prejuicios pre existentes al mismo tiempo que los refuerza:

El estereotipo puede ser más o menos cruel, más o menos violento, pero, en cualquier caso, carece necesariamente de matices, pues el mismo modelo se aplica a situaciones culturales que difieren considerablemente una de otras.[7]

En este sentido, interesa rastrear algunos lugares comunes de los cuales se asirá la revista para establecer una mirada[8] sobre la izquierda.

Al enemigo…

El espectro de enemigos quedó graficado en “Seis proyectos municipales para la patria nacional-justicialista (Asunto: La horca más alta del mundo)”, donde sobre la “subestructura original” del obelisco se ponían lazos de cuerda bajo distintos símbolos:[9]
Para los delincuentes económicos (una estrella de seis puntas con el signo $)
Para los yanquis (el obelisco como misil con la inscripción USAF)
Para los bolches (con una estrella oscura de cinco puntas más la hoz y el martillo)
Para los masones (la punta del obelisco aparece como un triángulo que une tres puntos)
Para los gorilas (como una palmera con cocos)
Para los liberales (con un gorro frigio)

Los infiltrados
De todos, el más atacado fue el sector interno de izquierda. Desde temprano fue presentado el personaje insignia: “Ortodoxio”, quien interpelaba a “Tendencio[10], lo tomaba del cuello, lo hacía transpirar o lo ridiculizaba. Ortodoxio, siempre arremangado hasta los codos, usaba bigotes y tenía una cabeza con forma de P que encajaba en medio de un gran escote en V. Tendencio parecía recubierto por una sábana, como los del Ku Klux Klan, pero con una T en el pecho.[11]
En otra ocasión, Tendencio cavaba un pozo cuando Ortodoxio le preguntó qué hacía.
–“Profundización doctrinaria”.
–No vas a ir muy lejos. Esas herramientas no sirven para este laburo.

Tendencio cavaba con una hoz y un martillo.[12]
Una tira de este personaje fue reproducido por la izquierda en una nota que pretendía ‘esclarecer’ acerca del “diversionismo ideológico” que practican medios de derecha y bajo el subtítulo “los encapuchados son ellos” acompañó la foto con este epígrafe:
Policía encapuchado que participó del allanamiento de la revista El Descamisado.[13]

Después de los feriados del corso, Tendencio se quitó la capucha al tiempo que decía:
–Para mí, todo el año es carnaval.

Debajo, aparecía con barba, pelo largo, lentes y una estrella en la boina.[14] [Ilustración 8]
Esa caracterización de ‘comunista’ calzaba con el discurso que tildaba de “infiltrados” a los de la Tendencia.
En uno de los primeros dibujos, la “metamorfosis de un símbolo” exhibía una V con una P en el medio que, paso a paso, se transformaba en un puño encadenado sobre una base que decía “imperialismo de izquierda” como consecuencia de que “la cosa se enzurda”.[15]
Temas recurrentes fueron la “alternativa independiente” o la “patria sucialista”.[16]
En la misma línea estuvieron “El infierno del Dante Gullo”, donde a los de FAR siempre se los trataba como FAR-Tontos y a El Descamisado como El Descabezado.[17]
El Caudillo acompañará las directivas de Perón plasmadas en el Documento Reservado del Consejo Superior Peronista, donde se llamaba a combatir “la infiltración de esos grupos marxistas en los cuadros del Movimiento”. En una viñeta sobre una marcha de Montoneros con militantes que se frotan el trasero ante dos espectadores, señalan:
–¿Y estos desde cuándo andan así?...
–Desde que comenzó la purga.[18]

También se hará eco del cuestionamiento de Perón a la Juventud recordando su discurso a los gobernadores del 2 de agosto de 1973[19]. En una viñeta, Sancho Panza y el Quijote con un escudo de la Juventud Trabajadora Peronista, dicen:
“Cuestionados, Sancho, señal que cabalgamos fuera del plato”.[20]

En el fondo, un molino tiene la inscripción “Consejo Superior”.
El carácter de infiltrados reaparecerá bajo el título “Caballo de Troya ‘74”, donde un caballo de madera porta la leyenda “Patria sucialista”, de cuyo interior bajan los supuestos guerreros con escudos de JTP, ERP 22, PB, FAR, JUP, MONTONEROS, MVP.[21]
Con esta línea acompañará y celebrará El Caudillo los sucesos del 1° de mayo de 1974 desde donde construyeron la “expulsión” de la Tendencia de la Plaza en el día de los trabajadores. También apoyará la “limpieza de marxistas” en la Universidad, en apoyo a Ivanissevich y Ottalagano, sus propulsores desde el Rectorado de la UBA y el Ministerio de Educación [Ilustración 11].[22]

La sinarquía

Entendida como conspiración mundial entre el capitalismo, el judaísmo y el marxismo que intentaba destruir la nacionalidad, fue una constante.[23]
En la viñeta “Para que no olvidemos, 1974: pacto ESSO-ERP. El pacto de la sinarquía” una viñeta con el logo de la petrolera Esso entregaba billetes a otra con cabeza de estrella de cinco puntas y brazalete de la guerrilla; en medio, un nombre: “Samuelson”.[24]
La sinarquía era explicada a los peronistas como “la pinza maldita” que pretendía boicotear el Pacto Social. En dibujo a toda página,[25] ese esquema de dominación representado como una pinza, exhibía en su brazo derecho el apoyo de la patria liberal simbolizado por las “excrecencias de la administración Lanusse”[26] y los empresarios que generan desabastecimiento y caos con apoyo del diario La Opinión y la represión normal de las fuerzas policiales. El brazo izquierdo, simbolizado por la patria socialista de las “excrecencias de la administración Cámpora” y los ideólogos marxistas, estimulaban el accionar guerrillero fomentando la agitación. Entre las pinzas, se encuentra el obrero que, debido a la confusa información y al ataque sinárquico, “reacciona con tomas de fábricas, manifestaciones, huelgas”. El efecto es el aislamiento de la conducción sindical y la rotura del pacto social.
En las últimas ediciones, a toda página, Ortodoxio golpea a la guerrilla en Tucumán y Córdoba con una tacuara en su mano derecha y, en la otra, un garrote con el que hiere al gorilaje y el pulpo del desabastecimiento.[27]
En esa línea, al número siguiente, mostrarán a un empresario que señala la necesidad de subir precios para no restringir productos, mientras, a su espalda, amontona mercadería. Ortodoxio advierte:
¿Vieron, compañeros? Este es tan guerrillero como los de Tucumán pero ni siquiera da la cara. Y castiga a nuestros hogares con la misma violencia que la de los zurdos. ¡A éste también le va a llegar su turno!

Qué dice el sinarca” graficaba a un gorila uniformado, con las iniciales de United States en la gorra, sentado frente a un banderín similar al de EE.UU., que decía:
–¡Ya está! ¡Me dejo la barba, me cambió la boina y listo![28]

A un barbudo de melena sujetada con una vincha de Montoneros, vestido de gaucho pero con inscripciones en la remera de “CIA, FAR, Yale University”, le colgaban boleadoras con los símbolos del dólar y del comunismo.[29]
Cuando Augusto Pinochet se encontró con Perón, la revista lo presentó bajo el lema “¡‘Bienvenido’ entregador de tu propia patria!”, como una marioneta manejada por la CIA en cuyo brazo sostenía una espada “made in USA” y en el otro un maletín lleno de dólares:
Pinocho es un títere mentiroso que inmortalizó Walt Disney: fue utilizado por la CIA para voltear la Segunda Posición en Chile, y erigir en su lugar a la Primera Posición reaccionaria, gorila y liberal. (La TERCERA POSICIÓN Nacional-Justicialista LO REPUDIA).[30]

Antisemitismo
Como señala Senkmann,[31] la figura del Montonero era caricaturizada a menudo a través de la iconografía antisemita. Diferente será la representación del ERP: retratos de mujeres con el uniforme de guerrilleras, la estrella y un fusil; aunque también cubiertos con una sábana y la estrella de cinco puntas [Ilustraciones 4 y 7].
Pero el antisemitismo no estará sólo en la caracterización de la Tendencia sino también contra figuras de la esfera pública como el ministro de Economía José Gelbard o el director de La Opinión, Jacobo Timerman. Las críticas a Gelbard se harán más frecuentes a partir de la muerte de Perón,[32] mientras que para Timerman fueron desde siempre: con motivo de un conflicto laboral en el diario, una caricatura de su Director en el escritorio tiene un cartelito: “Federación sinárquica mundial, primer presidente”. Frente a él, empleados famélicos levantan carteles: “Gringo cerdo. ¡Los criollos necesitan comer!”. Impasible, Timerman enciende un habano con un billete y responde:
–¿Istán mishiguenes? No poido, che… ¡No mi alcanza platita, linda para concretar negocios de coima! ¿No ves, paesano, qui tengo qui hacer un blanqueo y rajarme al exterior?[33]

Una movilización de “Montoneros” fue graficada con melenudos y barbudos o estudiantes llamados Jacobo, Raquel, Lázaro, Judith donde uno decía “Viva el paisano Kestelboim”.[34]
En otra ocasión, en un diván, frente a un diploma del “Dr. Moscovich, médico psiquiatra”, una joven rubia delgada con signo de la paz en el morral y flores en su jean de bocamanga ancha, se lamentaba:
–¡Es alienante! ¿Viste? Fijate que yo nunca fui peronista, después milité en la Tendencia y ahora de nuevo estoy CONTRA Perón.[35]

Putos
 “El feminismo es el reducto de las mujeres sin esperanza, marxistas activas y lesbianas. Y, por sobre todo, feas”.
De un editorial de Romeo


Estos prejuicios ya habían aparecido –por ejemplo– en el caso del Frente de Liberación Homosexual, un grupo de universitarios, intelectuales y sindicalistas, cuyo despliegue se debió en gran parte al liderazgo del escritor Néstor Perlongher.
Bajo una pancarta con la leyenda “Los putos con Perón”, habían participado de la asunción de Héctor Cámpora el 25 de mayo de 1973 y dentro de las columnas de Montoneros, en Ezeiza, el 20 de junio, en ocasión del retorno de Juan Perón. Esto provocó la denostación desde la derecha peronista que a través de pintadas, solicitadas y declaraciones públicas se referirá a una alianza “entre la izquierda, los homosexuales y los drogadictos”[36].
El Caudillo será uno de los principales hostigadores; con más claridad desde su página de humor.[37] Además de la ilustración 6, en otra caricatura, como la de una sesión de terapia de “Grupo Tendencioso”, un militante afirma:

Perón no es mi tipo ¿Viste? Además, chicos, para que lo sepan, el Frente de Liberación Homosexual adhirió a la JTP, aunque no tiene órgano que lo represente en forma efectiva.[38]

En la gráfica de un cacheo policial en la Plaza de Mayo durante el acto del día del trabajador; dos militantes que portan un cartel del Frente de Liberación Homosexual conversan:

¡Ay, Chongo! ¡Qué morochos más recios!
¿Y si pasamos de nuevo por ese puesto de palpación? ¿Eh?[39]

La homosexualidad será cuestionada no sólo desde el humor gráfico. En un artículo de febrero de 1975, con el equívoco título “Acabar con los homosexuales”, publicaron:

A los que ya son, proponemos que se los interne en campos de reeducación y trabajo, para que de esa manera cumplan con dos objetivos: estar lejos de la ciudad y compensarle a la Nación trabajando por la pérdida de un hombre útil. (…) Tenemos que crear brigadas callejeras que salgan a recorrer los barrios de las ciudades, que den caza a esos sujetos vestidos como mujeres, hablando como mujeres. Cortarles el pelo en la calle o raparlos y dejarlos atados a los árboles con leyendas explicatorias y didácticas.[40]

Faloperos
La falacia de “drogadictos” aparece en la ilustración 4 donde una militante de la JP aparece inyectándose “falopa”. También en la sesión de terapia ya mencionada, aparecen dos carteles:
Cuide la higiene de este consultorio: no arroje la falopa al piso.
La falopa negociada no será derramada.

La violencia
El asesinato de Carlos Mugica y el atentado contra Juan Abal Medina fue analizado por la revista bajo la misma óptica: podía ser responsabilidad de un sector como del otro. Así aparecerá el diálogo entre Tendencio y Ortodoxio en el N° 27:
–Aquí lo asesinaron al padre Mugica… para mí que fueron los matones de la burocracia sindical, o las bandas fascistas parapoliciales…
–Pensá lo que se te dé la gana. Yo opino que bien pudo ser la ultraderecha como la ultraizquierda… Si fue la ultraizquierda es porque se sintieron agredidos… si fue la ultraderecha es porque estaban desactualizados. En todo caso… ¿sabías que los zurdos ejecutaban a sus desertores y que el pentágono tiene a aquí sus agentes terroristas? ¿O creés que me chupo el dedo como vos, pedazo de miope?

El asesinato del abogado Rodolfo Ortega Peña en manos de la Triple A motivará la ironía del “Réquiem para un Montonero” cuya primera y última estrofa dicen:
Era un punga de mi barrio
con más piojos que una urraca,

que por cosas de la vida

se prendió en la J. P.

se hizo zurdo, "de chiripa"

porque el punto no manyaba

de doctrinas, ni de líneas

y Perón, nada que ver.

Hoy lo he visto, pobre "punga"
panza arriba en una morgue,

con un "zolaba" en el pecho

"que le impide respirar"

y vi dos solicitadas

en los "diarios combativos",

con el nombre del otario,

un "TE VAMOS A VENGAR".[41]


Estos versos ofensivos serían denunciados por el diputado Héctor Sandler, de Unión Del Pueblo Adelante (UDELPA), lo que devendrá en una dura respuesta de Romeo y un lugar en la sección Oíme.[42] En la página de humor, Sandler recibe un llamado de Ortodoxio:
¡Já. Mirá como tiemblo!

En otra viñeta, bajo el título “En la ultrazurda”, dos personajes vestidos con sábanas, uno con la estrella de David, otro con la estrella roja del ERP, dialogaban:
–¿Che, qué son las “TRES A”?
–“A” de ARRIBA, “A” de ABAJO… y… ¡AY!... “A” de “ATRÁS”

El personaje se frotaba una nalga. [Ilustración 9]
En otra viñeta [Ilustración 10] dos mazorqueros con ropas de época, al ver pasar un joven bien vestido, gritan “¡Mazorca!, ¡Mazorca!, ¡Los bolches a la horca!”. El muchacho (presunto representante de la oligarquía) lleva un cartel que reivindica “Mayo-Caseros: Rivadavia, Mitre, Cisneros”. Los mazorqueros miran con desprecio:
–¡Ché, Cutiño! ¡Mirá, otro infiltrao!
–¡Sí será cajetilla, el afeminao éste! Ya le vamo’ a dar también, por pichón de oligarca!..

Como registraron Ladieux y Senkman[43], la invocación de la Mazorca y la horca para bolches y judíos eran frecuentes en los actos de la derecha peronista. Señala Ladieux:
Este cántico es un trágico resumen de la visión que tenían sobre sí mismos, y la función que debían cumplir los grupos de la derecha peronista. Si Juan Manuel de Rosas había tenido a la Mazorca, Juan Domingo Perón los tenía a ellos.[44]

Esto aparecía representado en la viñeta donde remarcan que, hacia 1845, Rosas se enfrentó contra ingleses y franceses; que en 1973, Perón se enfrentó contra yanquis y marxistas. Ortodoxio increpaba a Tendencio:
¡A ver si te avivas de una vez por todas, pedazo de ganso! ¡Esta es la tercera posición y al que no le guste, o el exilio o el degüello. ¡No hay más opción! ¡¡Y de hacer falta resucitaremos a la mismísima ‘Mazorca’, así el pueblo podrá darse el gusto de hacer tronar su propio escarmiento por segunda vez!![45]

Epílogo
Luego del Golpe de 1976, los redactores de El Caudillo huyeron o se escondieron.[46]
Sólo Felipe Romeo volvió, en 1982, para reflotar la revista durante la guerra de Malvinas, aunque con otro plantel y formato, que no es objeto de este estudio.
También Romeo habrá de huir a fines de 2006, cuando fueron reabiertas las causas de los años ’70; tenía pedido de captura por asociación ilícita y ocho homicidios. En 2009, sus familiares lo dejaron inconsciente en el hospital Fernández con un cuadro de sida terminal. Cuando murió, en abril, por mucho tiempo, nadie reclamó su cadáver.[47]


Anexo Ilustraciones
Ilustración 1: N°7, 28 diciembre de 1973, p. 23
Ilustración 2: N°15, 22 febrero de 1974, p. 23
Ilustración 3: N°17, 8 marzo de 1974, p. 23
Ilustración 4: N°17, 8 marzo de 1974, p.23
Ilustración 5: N°7, 28 diciembre de 1973, p.23
Ilustración 6: N° 55, 17 diciembre de 1974, p. 23
Ilustración 7: N° 41, 30 agosto de 1974, p. 23
Ilustración 8: N° 17, 8 marzo de 1974, p. 23
Ilustración 9: N° 48, 18 octubre de 1974, p. 23
Ilustración 10: N° 49, 1 noviembre de 1974, p. 23
Ilustración 11: N° 49, 1 noviembre de 1974, p. 23



Notas
[1] Consigna irónica cantada por la Juventud Peronista de la Tendencia revolucionaria en respuesta a Jorge Osinde, sindicado como uno de los responsables de la masacre de Ezeiza, quien creía desautorizar a Montoneros con el argumento de “homosexuales y drogadictos”.
[2] Para un análisis específico de la revista sugerimos ver: y Besoky, Juan Luis (UNLP): “La revista El Caudillo de la Tercera Posición. “Órgano de expresión de la extrema derecha”. En Conflicto Social, Año 3, N° 3, Junio 2010. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales – UBA. En http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista/03/04_Besoky.pdf
[3] Moya, Alberto y Murano, Adrián: “Los intelectuales del Brujo”, en revista Veintitrés, Nº 450, del 15 de febrero de 2007, pp 20 a 24.
[4] Moya: “El facho honesto” (inédito).
[5] Para ver la construcción del estereotipo contrario, en este caso el activista de derecha en el diario Clarín, ver Florencia Paula Levín: “De matones, represores y miembros de la pesada en el humor gráfico del diario Clarín. Argentina, 1973–1983”, en Diálogos de la Comunicación, revista académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, N° 78; enero–julio 2009.
[6] El Caudillo, N° 22, del 12 de abril de 1974, pp 23.
[7] Burke, Peter: “Estereotipos de los otros”, en Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona, Crítica, 2005 (2001), pp. 155–175.
[8] El concepto de “mirada” es un término del psicoanálisis, desde que Jacques Lacan designa lo que antes era el “punto de vista”. Como señala Burke: “tanto si nos referimos a las intenciones de los artistas como a la forma en que distintos grupos de espectadores miran la obra de estos, resulta convincente pensar en términos, por ejemplo, de mirada occidental, mirada científica, mirada colonial, mirada turística o mirada de hombre. La mirada, a menudo, expresa una actitud mental de la que el espectador puede no ser consciente, tanto si sobre el otro se proyectan odios, como temores o deseos”. Burke, Op cit.
[9] El Caudillo, Nº 7, del 28 de diciembre de 1973, pp 23.
[10] Esta figura había aparecido originariamente en la revista Militancia Peronista para la liberación de Ortega Peña y Duhalde, en el N° 9 del 9 de agosto de 1973. A partir del N° 11 fue presentado como “Tendencio”, quien mantenía una postura crítica hacia el gobierno.
[11] El Caudillo, Nº 4, del 7 de diciembre de 1973, pp 23.
[12] El Caudillo, Nº 7, pp 23.
[13] Nuevo Hombre, N° 57, febrero de 1974, pp 24.
[14] El Caudillo, N° 17, del 8 de marzo de 1974, pp 23.
[15] El Caudillo, Nº 3, pp 22.
[16] El Caudillo, Nº 8, del 4 de enero de 1974, pp 23.
[17] El Caudillo, N° 14, del 15 de febrero de 1974, pp 23.
[18] El Caudillo, N° 4 del 7 de diciembre de 1973.
[19] Allí Perón señaló: “Tenemos que educar a un pueblo que está mal encaminado, y debemos encaminar una juventud que está, por lo menos, cuestionada en algunos graves sectores. Lo que ocurrió en Ezeiza es como para cuestionar ya a la juventud que actuó en ese momento. Esa juventud está cuestionada. Tenemos una juventud maravillosa, ¡pero cuidado con que ella pueda tomar un camino equivocado! Y ésa es obligación nuestra, ésa es tarea nuestra”.
[20] El Caudillo, N° 5, del 14 de diciembre de 1973.
[21] El Caudillo, N° 19, del 22 de marzo de 1974.
[22] El Caudillo, 49, del 1° de noviembre, y 52, del 26 de noviembre de 1974.
[23] En los números 31 y 32 de El Caudillo aparecerán dos extensas notas con el título “Un estudio sobre la Sinarquía. Para conocer el enemigo”, donde también se incluirá a los Jesuitas como parte de la sinarquía. Para más precisiones sobre este concepto, ver: Besoky, Juan L. (UNLP): La revista El Caudillo de la Tercera Posición. En Conflicto Social, Año 3, N° 3, junio 2010. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852–2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani – Facultad de Ciencias Sociales (UBA), en http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista/03/04_Besoky.pdf
[24] El Caudillo, N° 21, del 5 de abril de 1974, pp 23. Víctor Samuelson era un ejecutivo de la petrolera Exxon, secuestrado el 6 de septiembre de 1973, por quien el ERP cobró rescate.
[25] El Caudillo, 28, 24 de mayo de 1974.
[26] Alejandro Lanusse fue el último dictador previo a la democracia de 1973, aquel que dijera que “a Perón no le da el cuero para volver” del exilio.
[27] El Caudillo, N° 63, del 19 de febrero de 1975.
[28] El Caudillo, Nº 2, del 23 de noviembre de 1973, pp 23.
[29] El Caudillo, Nº 7, pp 23.
[30] El Caudillo, N° 27 del 17 de mayo de 1974.
[31] Senkman, L.: El antisemitismo en la Argentina. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1986 p. 119.
[32] Señala Senkman, Op cit, p. 133: “En esos días era posible ver algunas calles céntricas de la Capital Federal con pintadas donde se leía: ‘FUERA GELBARD JUDIO VENDE PATRIA’, ‘FUERA JUDIO BOLCHE’, ‘GELBARD SIONISTA’, y otras de la especie”.
[33] El Caudillo, N° 32, del 21 de junio de 1974.
[34] El Caudillo, Nº 5, del 14 de diciembre de 1973, pp 23.
[35] El Caudillo, Nº 6, del 21 de diciembre de 1973, pp 23.
[36] ¡NUNCA OLVIDAREMOS LA MASACRE DE NUESTROS HERMANOS, REALIZADA DESDE LAS SOMBRAS POR LOS INFILTRADOS EN NUESTRAS FILAS: E.R.P. - F.A.R. -MONTONEROS, CON SUS DROGADICTOS, HOMOSEXUALES Y MERCENARIOS VERNACULOS Y EXTRANJEROS, TODOS PROTEGIDOS DESDE ARRIBA POR LA DEBILIDAD CONSCIENTE Y POR LA TRAICION SINIESTRA. ¡NO PUDIERON TRIUNFAR! ¡NO COPARON EL PALCO DE PERON Y EVITA!”. solicitada de los sectores ortodoxos del peronismo al cumplirse un mes de los hechos de Ezeiza en  La Opinión, 20 de julio de 1973, p. 17.
[37] Estos cuestionamientos llevarían a cierto recelo por parte de Montoneros y FAR, que intentarían separarse del hostigamiento respondiendo en las marchas con: “¡No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de Evita y Montoneros!” o la versión: “¡No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de FAR y Montoneros!”.
[38] El Caudillo, N° 20, del 29 de marzo de 1974.
[39] El Caudillo, N° 26, del 10 de mayo de 1974.
[40] Maristany, José J.: “Figuraciones literarias del homoerotismo en la ficción de los 60/70”, en Hologramática literaria. Facultad de Ciencias Sociales (UNLZ) Año II, N° 3, V2 (2006/2007) ISSN 1668–5024.
[41] El Caudillo, N° 39.
[42] El Caudillo, N° 42 del 6 de setiembre de 1974. “¡Oíme, Sandler!” era presentado con esta bajada: “¡A vos te hablo! ¡A vos, que en dos décadas pasaste por todas las posturas políticas imaginables! ¡A vos, que ahora, volviendo a tus manas juveniles, pedís represión para el periodismo y total impunidad para la guerrilla! ¡A vos, que te sentís ofendido porque "El Caudillo" dijo con letra de tango que "el que a hierro mata a hierro muere"! ¡A vos, ejemplar perfecto de mutante político! ¡A vos te hablo!”.
[43] Senkman relata un acto organizado por la Alianza Libertadora Nacionalista el 22 de octubre de 1974 con motivo de la promulgación de la ley de repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas donde se escuchó a viva voz el “Mazorca, Mazorca, judíos a la horca!”. Senkman, L. (1986). El antisemitismo en Argentina/2 (Vol. 149). Buenos Aires: Centro Editor de América Latina. p. 144.
[44] Ladieux, J. I. (2005). La mazorca de Perón: prácticas ideológicas de la derecha peronista. Una aproximación a partir de un estudio de caso. Mar del Plata 1970-1976. X Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia. Rosario: Universidad Nacional de Rosario.
[45] El Caudillo, N° 32, del 21 de junio de 1974.
[46] Entrevistas con sus ex redactores Luis Saavedra, Luis Cabré y Héctor Simeoni. Moya: “El facho honesto”; algunos adelantos, publicados en Veintitrés, Op. Cit.
[47] Salinas, Juan: “El muerto que está solo y espera”, en Miradas Al Sur del 3 de mayo de 2009.