Sus libros o citas en otros. (Foto: H. Lima Quintana; O. Bayer y Q. Llopis).

Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Rodolfo Walsh

50º aniversario de Berazategui (5 décadas, 5 notas)

NOTA 1 de 5 (Con ampliación de las publicadas en el periódico Realidad)
 ¿A quién invitarán en el cincuentenario?
¿Subirán al palco a todos los protagonistas de escándalos de corrupción? ¿Y los que la van de opositores y terminan por jugar con Mussi? Al cumplir medio siglo, Berazategui merecía un repaso crítico de su historia.
Foto del 4 de noviembre de 2010, para comparar.
Esta nota fue escrita un par de meses antes de los festejos en que por fin se tomaron esta foto: Un palco con Raúl Sabbatini; Raúl Torres; Ismael Andrade; Eduardo Podestá; Agustín Curia; Gustavo Campos; Daniel Fiorentino; Remo Salve; Alejandro Islas; María Laura Lacava; Esteban Ayala... en fin.
La ciudad llega a esta instancia bajo la administración de Juan Mussi, quien no sólo pretenderá erigirse como rey de los festejos sino quedarse con el manejo de la historia, en la que hará destacar que, tras ganar en 1985 la interna del PJ que le permitió colocar al presidente del Concejo Deliberante, manejó los destinos del distrito durante la mitad de estos 50 años.
¿Cómo relatará su historia?
Para imaginarlo, bastaría repasar los discursos de El Gran Simulador, como cuando antes de una interna ponderó que “ningún peronista de bien votaría por (Carlos) Menem” (tapa de diario El Sol, 27 de abril de 1988) y después llamó a votarlo en una general, con lo que inició una ristra de acomodos detrás de Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf; Felipe Solá, Daniel Scioli, Néstor Kirchner, Cristina Fernández…
¿El relator de la historia será el mismo Mussi que abrazó a Carlos Infanzón como “su hermano y leal amigo” para luego echarlo con un seco golpe de Estado en el verano de 2002?
¿O será el Mussi que, tras asumir la Intendencia (diciembre de 1987), dijo por Radio Splendid: “Al que meta las manos en la lata se la vamos a cortar”?

INICIOS
Seguro evitará entrar en detalles acerca del papel de Oscar Arrondo desde el HCD a partir de 1985. Comenzará su relato desde el verano de 1988, cuando quiso mostrarse como un intendente distinto con sus Jornadas Solidarias de Trabajo Voluntario, que consistían en darle material a los vecinos si ponían la mano de obra para reparar las veredas; junto a ellos el intendente agarraba la pala y la carretilla para “laburar al lado de la gente”.
En medio del novedoso circo, varios de los recién llegados a la Municipalidad se llevaron materiales para hacer sus casas, aunque el verdadero negocio sería el sobreprecio que multiplicó los valores por seis. Hasta que la proveedora protestó porque no le pagaban. Así, Gloria Parodi inició el expediente 4531-HCD-89 en el Concejo, donde se armó una Comisión Investigadora de Ilícitos que, por resolución 405, pidió informes al Juzgado de Amílcar Vara en lo Criminal Nº 7. De la declaración se presumieron “ilícitos penales” de altos funcionarios municipales y se abrió la Causa 145.829, en el Juzgado Nº 2 de la Dra. Salaverda de González. Hace días, Parodi visitó radio La Guillotina para ponerme al tanto de sus “inminentes novedades”.

LOS INVITADOS
Quienes ayudaron a Mussi en aquellos inicios ¿serán invitados al 50° aniversario? Habrá que preguntarle al senador provincial (MC) Dante Paladino, con quien compartieron la victoria de 1987 y se repartieron la Municipalidad, hasta que debieron reunirse a armar la lista de otra próxima elección. Entonces, el intendente prendió un grabador y dejó oír las voces de los paladinistas que, desde sus teléfonos en el municipio hablaban mal del jefe comunal. Así traicionó la alianza para quedarse con todo.
Tampoco estará Pedro Lamiral el concejal que a último momento salvó a Mussi de la destitución pedida por el HCD (8 de mayo de 1989). Con más de 90 años, sobrevivió junto a un par de ancianos con su descendencia en una pocilga de chapas de cartón en 2 y 140, hasta su muerte, sendero oscuro por el que también desfilaron Miro Aranda; Rito Villafañe; ‘Tortuga’ Narciso o Taka González, tan asesinado como Pepe Díaz; Juan Merodo… ¿Juan Corvalán, tras el desfalco al IOMA? De quien dicen que murió de lo mismo que Ruben Aicardi, “El Arrepentido” que en 2005 nos contó “cómo llevaba las valijas de la corrupción para Mussi en el ministerio”.
¿Invitarán al palco a los muchos amenazados hijos de Hermiñito Carabajal, quien salvó su vida de milagro cuando lo arrojaron al vacío los mussistas que no se resignaban a perder la Presidencia del HCD (10 de diciembre de 1995)?
¿Estará Daniel Sottosanti, aquel ex secretario de Tierras que venía de ser almacenero y que fue allanado en un procedimiento por piratería del asfalto? ¿Y Jorge Ribeyrol, el achurero que llegó a diputado, hoy distanciado del jefe por una cuestión minifalda? ¿Asistirá el otro peleado con el intendente, José Potito, quien más tiempo estuvo como presidente del HCD y quien más poder formal acumuló luego de Infanzón?
Lo más probable es que en el democrático escenario estén el ex funcionario de la dictadura Ariel López, secretario de Cultura mussista; Alberto Quarchioni, subsecretario de Asuntos Provinciales, apoderado de la lista mussista, ex presidente de bloque, a quien detuvieron con un Peugeot 505 robado (14 de mayo de 1988); Omar Acosta, quien festejó un cumpleaños en el Concejo que hoy lo alberga como presidente de bloque, borracho y desnudo como sus secuaces en un escándalo labrado en un acta, luego arrancada, en la misma época en que era concejal Margarita Mateo, la mamá, quien también exhibirá su gala de funcionaria en los festejos.
Seguro irá el secretario de Industria, Raúl Sabbatini, a quien habían renunciado de la Secretaría de Gobierno cuando (por los vuelcos tóxicos de su ex empresa) estuvo a punto de ser interpelado, al igual que Juan Monzón (ex presidente del Consejo Escolar, por presuntas sobrefacturaciones a cooperadoras); Eduardo Acosta (ex secretario de Ceremonial 1988, por los faltantes de la comisión de corsos); Osvaldo Benedetto (por las luminarias, cuando era secretario de Obras Públicas).
¿Y al otro secretario de esa área, Jorge Lettieri? ¿Le hubiera gustado al inyenieri estar en el palco de festejos?
Quién sabe, tal vez se den una vuelta el inspector Jorge Juárez (quien se quedó con una computadora y un TV donado por CQC 2008); y Raúl Pérez, ex secretario de Gobierno (1994), concejal (MC), quien terminó como vocero de MOCAR, el “Movimiento de Cartoneros”.
Después de todo, tal vez inviten a radicales, independientes y peronistas disidentes que la iban de opositores y terminaron por votar a Mussi o aplaudirlo. ¿Ellos también tendrán su lugar en este listado?

NOTA II
La nota del escándalo. En la Municipalidad, buscan el periódico Realidad para secuestrarlo. Esta es la nota que el intendente no quería que fuese leída.

Repercusiones de la Nota II:
El periódico salió de imprenta el jueves 23 de septiembre (2010). El viernes, la Redacción recibió un llamado del secretario del bloque Primero Berazategui quien preguntaba qué habíamos publicado, porque todos andaban buscando “Realidad”. El fin de semana continuó la distribución y el domingo a la noche los esbirros del mussismo operaban. El lunes a primera hora, en FM Espacio, Jorge Tronqui –habitual defensor de los intereses municipales– dijo al aire:
De Realidad no voy a hablar, porque ese periódico ya sabemos de quién es. Igual que de Art.14. Ellos siempre ven lo malo”.

A las 10.25, el autor de esta nota fue telefoneado por Julio Ortega, director del periódico La Misión, de Ranelagh, quien recriminaba que en la Municipalidad lo habían culpado:
Otra vez, sus amigos vuelven a escribir cosas”.
A mediodía, Moya fue al Concejo Deliberante. En el bloque del ARI, fue recibido con un:
¿Qué hacés acá? ¿Cómo te animás a venir?”

Según se comentaba en esos pasillos, había planes para esperar a quien distribuyera el periódico para secuestrarlo y evitar que se difundiera este material.
A primera hora de esta tarde, Tony Paravia, de la mayor entidad ecológica de la ciudad, pidió otra tanda de ejemplares para distribuir en su reunión semanal.

NOTA II (Ampliada)
MUSSI Y LOS TORTURADORES
Durante su gestión en el Hospital San Martín, se atendían parturientas arriadas por los torturadores. Una de ellas, está dispuesta a declarar que allí fue esposada a la camilla durante 15 días después del parto.

Aunque muchos hablan, pocos recuerdan cómo llegó Juan Mussi a ser director del Hospital San Martín de La Plata, en qué período y con qué resultados.

A modo de currículum, en su libro de versos, figura:

Fue médico concurrente y Asistente de la Sala III del Policlínico San Martín y docente de la Cátedra de Medicina Interna ‘D’ (en) la Facultad Platense. Director del Hospital Interzonal de Agudos San Martín de La Plata desde 1973 a 1976. (Fue) dejado cesante por el Proceso militar.

Mussi me confirmó esos datos en una entrevista en la Casa Rosada el 15 de octubre de 2002, y esgrimió que su elección se debió al consenso que generó tanto entre los trabajadores como en los profesionales.

Me pareció que el entonces secretario de Asuntos Políticos del Ministerio de Interior abusaba tanto de la carencia de memoria como de la falta de testigos.

A propósito, el actual concejal Dr. Jorge Sívori, quien por entonces tenía 20 años y tres cursados en la Facultad de Medicina, coincidió:

–Creo que no quedan testigos. La única mujer que quedaba fue cuidada por Mussi, al punto que, cuando fue ministro, la puso en una oficina frente a la de Hugo Fernández, con lo que se aseguró lealtad y silencio. En el ‘73, su tranza para quedarse con el puesto venía haciéndola desde tiempo atrás. La toma partió del Sindicato de Salud Pública, ligado al peronismo, aunque la Asociación de Profesionales apoyó su designación para formar un cogobierno.

De ideología opuesta a la de Sívori, el peronista Juan Carlos Sena evaluó:

–Estuve con Mussi en la Ortodoxia hasta que, cerca del ’73, lo vi montarse en la ola revolucionaria que lo depositó como director del San Martín tras la toma por parte de la JP.

En esa época, el gobernador era Oscar Bidegain; uno de sus ministros, Guillermo Gallo Mendoza, explicó:

–Los procesos revolucionarios no siempre cuentan con personal técnico para todas las áreas. Tuvimos que poner a algunos recién llegados, hasta el nivel de subsecretarios incluso. Mussi fue uno de esos oportunistas.

Los compañeros de Gallo en el Movimiento Peronista Auténtico (MPA) lo confirman:

–¿Mussi Montonero? Je, je. A esos, cuando se les pasó el susto de que los confundieran con nosotros, salieron de debajo de la mesa para correr a chupar las medias de toda la derecha.

Mussi me lo planteó de otro modo. Habló de lealtad; de muchachos bien intencionados pero equivocados y de fidelidad a Perón tras el enfrentamiento discursivo de la plaza imberbe del 1º de mayo de 1974. Para el caso, vale continuar el repaso del currículum que imprimió junto a sus versos:

Fue becado en 1974 por ser el director de hospital más joven de la provincia (tenía 22 años cuando asumió) para viajar a España, Italia y Suiza. Fue asesor ad honorem del Ministerio de Salud (a partir de ese año también).

Quienes pensaban que Mussi “en algo anduvo”, ya saben. En eso andaba antes del Golpe del ‘76. Aun cuando pocos sepan cómo llegó al San Martín, en qué fecha y con qué resultado.

Es momento de echar luz.


NOTA III (Ampliada)
LA TOMA DEL HOSPITAL SAN MARTIN
Ni sus protagonistas recuerdan que la toma del San Martín fue un lunes 18 de junio. 


Después de las 10 de la mañana, el edificio fue ocupado a efectos de “dejarlo a disposición de las nuevas autoridades”. Empleados y médicos se reunieron en el aula Bianchi donde, en reemplazo de Héctor Carri, fue puesto Mussi como director interino por la asamblea:

–Deberá cogobernar con la comisión gremial interna y el cuerpo de delegados.

Dijo el delegado Pedro Zárate ante el satisfecho secretario general del Sindicato de Trabajadores de Salud Pública de la provincia, León Fiorenza, que tenía afiliada a la mayoría.

–Hay que elegir al nuevo cuerpo de delegados. Se presentan dos listas: la Celeste, de Zárate, y la Violeta de Carlos Pellegrini. Mañana se vota.

Ganó Zárate, el camillero que habrá de retener el manejo gremial hasta el Golpe.

–Yo fui quien le dio la idea del SAMO y de cobrarle a las obras sociales.

Me dijo en una larguísima entrevista desde la ciudad del interior donde esperaba cumplir sus 80 años.

Entender los motivos y el marco social de las tomas que se dieron en las tres semanas posteriores a la asunción del Presidente Héctor Cámpora pueden ser motivo de otra nota. Valga destacar que, en la tarea de comprenderlo, me ayudaron Carlos Kunkel (en entrevistas en su casa hacia 2003); el historiador Gonzalo Chaves (con media familia asesinada por la AAA mientras Mussi viajaba por Europa); Babi Molina (concejal en La Plata en esos años) y Manuel Gallardo (histórico peronista de la Resistencia y de toda la vida, a quien Mussi le debe haber sido candidato a intendente en la década del ‘80).

Pero en aquel temprano ‘73, todo era festejo para Mussi y la JP. Faltaban dos días para el regreso definitivo de Juan Domingo Perón; y para la peor tragedia del período previo al Golpe.

La masacre de Ezeiza le deparó mucho trajín al flamante director del principal hospital de La Plata. Así me lo relató. Los archivos le dan la razón: “Por su destacada actuación en los sucesos acaecidos en Ezeiza”, Mussi fue felicitado por Ricardo Murúa, presidente del HCD de Berazategui.

Ese rol inicial durante el ’73, en el centro-izquierda del peronismo, pegó un brinco hacia 1974, cuando se pasó al centro-derecha y, todavía, habrá de recibir un nuevo viraje en 1975 cuando –según un histórico peronista local– gritaba ‘Isabel Conducción’.


Las torturadas

En diciembre del ‘74, una quilmeña con cuatro meses y medio de embarazo fue llevada presa a la Unidad 8 de Olmos. Allí vio albañiles.

–Están haciendo un hospital dentro de la cárcel –explicó otra– ¿Y vos quién sos?

–Nelfa Suárez. Caí en Bernal y vengo de ser torturada en el Pozo de Banfield.

Tras esa misma detención, supo que su marido, en el campo de concentración de Puente 12, El Vesubio, fue torturado hasta la muerte. Su embarazo se complicó. Era examinada sobre una camilla en el consultorio a medio terminar.

–¿Quién es el pediatra de acá?

–Néstor Siri; un negligente, indiferente. No tiene estatus para hablar de la salud de los chicos.

Las presas de Olmos iniciaron, el 17 de mayo, la primera huelga de hambre.

–¡No nos pueden tener así! ¡Queremos mejores condiciones de detención!

Justo en ese clima de máxima tensión, Nelfa empezó con dolores; sus compañeras pidieron a gritos por un médico, que minimizó:

–No creo que haya riesgo de parto. No está en fecha.

Pero, ante la insistencia de las compañeras, fue llevada al San Martín.

No tenía dilatación. Iban a canalizarla para darle más suero. Después de tres días…

–Doctor, no se sienten los latidos.

Otro médico lo comprobó y gritó:

–¡Vamos a cesárea! ¡Urgente! Preparen todo.

Aunque casi se fue en sangre, a medianoche, nació Víctor Benjamín.

–Tendrá que permanecer un tiempo internada, con suero. Su bebé irá a incubadora diez días.

Nelfa, transfundida, permaneció esposada a la cama. No le quitaban las esposas ni cuando era llevada a ver su bebé, detrás de un vidrio, una vez por noche.

Así estuvo dos semanas, hasta que los represores la regresaron a la cárcel de Olmos.

–¿A vos también te atendió el jefe de Sanidad?

–Casi todas fuimos atendidas por Rodolfo Leone.

–Ese se pone más en penitenciario que en médico; parece otro interrogador.

Fueron metidas en una misma celda sin baño, embarazadas o con hijos, maltratadas por ‘Angélica’ Martínez, la secretaria del penal que alojaba a las torturadas con sus hijos, presos desde el momento de nacer. Uno de ellos, alcanzó una repisa y se quemó con un calentador eléctrico.

Nelfa no fue la única torturada que tuvo familia en condiciones semi clandestinas en el hospital que dirigía Mussi. Al menos, hasta que los albañiles terminaron la sala de partos del penal. Hubo varias antes de Silvia Negro, la última víctima del maltrato en el San Martín.


Neo memorioso

Recién a 30 años del Golpe, Mussi se puso del lado de las víctimas. En la semana del aniversario, desde la intendencia de Berazategui, convocó a una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante; hizo votar una resolución en memoria sólo de quienes “por el hecho de levantar las banderas del Justicialismo, de Perón y de Evita” fueron victimizados (como si estuviera bien desaparecer a los que no fueran peronistas) y relató en público que fue dejado cesante del San Martín recién a partir del Golpe.

Evitó decir lo que me había admitido en la entrevista en la Rosada respecto de que, por ese despido, la dictadura habría de indemnizarlo. Aunque, además del dinero de los asesinos, también aceptó que no todos los que estaban con los represores eran malos ya que “un cura con acceso a las listas negras me avisó que figuraba y me salvó la vida”. Una contradicción con su crítica a quienes, sin nombrarlos, acusó en forma apenas velada al señalar que “ése que sobrevivió, no era peronista”.

Horas después, me comuniqué con las víctimas de la maternidad de Mussi. Sorprendidas por la revelación de que su máximo responsable en aquella democracia represora fuera el intendente de esta democracia neo memoriosa, prometieron dar más detalles de su calvario. La comunidad que, además de memoria y justicia ansía la verdad, espera también las explicaciones del señor intendente.

Fuentes:

Entrevistas propias a Nelfa Suárez y Perla Diez. Sus testimonios en el Juicio por la Verdad, La Plata, 20/10/4, en “Dos sobrevivientes relataron sus partos en cautiverio en 1975”, en www.apdhlaplata.com.ar.

De los hermanos de Suárez, Omar, el mayor; Nora; su padre con quien vivía en Don Bosco; y Olga Luteral, cuñada de Nelfa, habrán de ser desaparecidos por la dictadura. Lo mismo con María Hilda Delgadillo, la partera solidaria; el pediatra que atendió a Nelfa y otras enfermeras de la Maternidad que podrían ser testigos de la responsabilidad de Mussi.

Leone, acusado de maltratos a las parturientas, fue ejecutado por los Montoneros. A la carcelera María Angélica Martínez se le pidió la citación a los Juicios por la Verdad. El pediatra de la cárcel, Siri, ejerció en el Hospital de Niños hasta este año, cuando triunfó la presión para apartarlo (Página/12; 28/1/6).

Entrevista a Mussi; más su libro Hudson, su vida y su gente.
Este afiche fue pegado en La Plata a partir de que en 2010 se realizó el juicio oral por los asesinatos y torturas en la Unidad penitenciaria 9 desde 1975, cuando llevaban parturientas al Hospital San Martín, donde las retenían con cadenas y grilletes a las camillas bajo la dirección de Juan J. Mussi (actual intendente de Berazategui). Otro vecino de esta ciudad, Carlos Domingo Jurio (de calle 24 Nº 4535) habría participado de aquella represión. Jurío fue condenado a 13 años de prisión. Mussi no fue citado porque los juicios contemplan sólo lo actuado a partir del Golpe de 1976.



NOTA IV
Droga y política en Berazategui


Un breve repaso por algunos casos de narcotráfico que marcaron época en los 50 años de historia de la ciudad: Escándalos en el Concejo y punteros mussistas que sembraban marihuana en sus casas. El papel del abogado Fernando Burlando (foto). La Justicia le dio la razón al periodista, autor y protagonista de esta historia.


El pibe no había hecho más que sostener la vista, pero el mafioso sacó un arma:
–¿Qué mirás? –y le disparó a un pie.
Entre eso y el robo al jardín Los Grillitos, hubo todo tipo de atropellos por parte de “la banda de los tucumanos”, que se acrecentaron en 1995, el año de la reelección de Carlos Menem (cuya cuñada había salpicado a todo el gobierno con el Narcogate), y el primer año de Juan Mussi como ministro de Salud convocado por el otro padrino, Eduardo Duhalde.
Con semejante aval, las patotas políticas se desbocaron.
Hasta que 60 cansados vecinos juntaron firmas ante la Justicia y debió ir la Policía para una redada que –sin querer– develó una relación de la droga con el mussismo.
Así quedó eternizada en Clarín del domingo 14 de enero de 1996, en páginas 10 y 11 de la segunda sección; bajo el título Un barrio contra la mafia, resumía:
En las casas señaladas del barrio Gral. Mitre, fueron encontradas armas de guerra y 25 plantas de marihuana (más de 10 es “plantación”). La madre de los Tucumanos, Sara Avila, buscó una defensa: “tenemos un hermano preso por matar a un policía (el oficial ayudante Javier del Valle). La señora Duhalde nos da el Plan Vida para que repartamos leche en el barrio”. 
(3ª columna, penúltimo párrafo).
En rigor, ‘Chiche’ Duhalde no podía conocer a cada una. Quien en verdad las coordinaba era la Municipalidad digitada por el entonces ministro Mussi.
Otro de los jefes de esos clanes del conurbano, Teobaldo Cabrera –con cuatro hijos detenidos– tenía su teoría de porqué no eran queridos en el barrio (4ª columna, 3º párrafo):
“Son comunistas (…) Yo trabajo con Juan José Mussi el presidente del Partido Justicialista de Berazategui. Dirijo en este barrio el Plan Asoma para darle cajas de mercadería a los viejitos”, explica blandiendo una foto de Mussi.

Intervino el Juzgado Correccional 6 de Quilmes y la Secretaría 8 del Juzgado Federal 3 de La Plata.
Parecía un incidente menor pero, poco después, el gobierno comunal habría de enfrentar una crisis de gabinete tras la relación que me tocó señalar entre la política local y la droga.


NARCO-POLI
El 5 de julio, relevaron a 30 policías por ayudar a bandas del narcotráfico desde la División de 14 y 138 (Berazategui) que debía reprimirlos. Filmados con cámaras ocultas, nacía el caso de “los Narcopolicías”.
Al mes siguiente, en una sesión, la concejal Irma de Gorosito fundamentó que había que adherir a la propuesta del gobernador Duhalde para cerrar los boliches bailables a las 3AM para evitar el “flagelo de la droga”. Desde el fondo, levanté la voz: “acá la droga se va a acabar cuando el jefe de la concejal lo disponga”.
Los ediles entraron en convulsión; Gorosito pedía otra vez la palabra para responderme; el presidente del Cuerpo, Roberto Díaz, llamaba a la calma.
Me fui indignado.
Días después, en entrevista para FM Cristal, Augusto Macario me preguntó si estaba loco. Dije que no tenía problema en ir a un análisis psiquiátrico siempre que Mussi se hiciera una rinoscopía.
Nunca pasaron la grabación, que quiso ser comprada por un operador político hoy encumbrado en el Concejo Deliberante.
Pero el dueño de la radio, Jorge Leal, en su periódico El Yunque publicó mi nombre para preguntarse si en Berazategui, además de Narcopolicías, había Narcopolíticos. Ese 2 de septiembre, me tiraron al suelo y me patearon la cabeza hasta sangrar en la simbólica puerta de la Municipalidad.
Recibí la inmediata solidaridad de mis amigos de Página/12, quienes publicaron el caso (http://albertomoya.blogspot.com/2009/08/en-pagina12. html#more).
La paliza nacionalizó el escándalo. La Intendencia se metió sola en una crisis. Carlos Infanzón reunió al gabinete para evaluar mis denuncias. Invitó a todos los concejales para informar que sometería a rinoscopía a todo su equipo, “desde el intendente para abajo”, vociferó. Así preservaba a Mussi, ministro “de Salud”.
Para fugar hacia delante, convocaron a una sesión extraordinaria para hablar de mi caso. Varios mussistas se escondieron tras el telón teatral de que "los ediles también irán a rinoscopía", que nunca hicieron.
En la primera semana, el gobierno sobreactuó. En la segunda, la oposición evitó que el caso decayera. En la tercera, algunos periodistas (como Alberto Sabini) se propusieron para ser sometidos a rinoscopía; de modo de saldar internas del gremio en los que el diario El Sol encabezó las operaciones de prensa que mentían supuestos resultados negativos en análisis a funcionarios, de los que nunca publicó nombres, y detenciones de presuntos agresores que el comisario Oscar Hugo Salinas desmintió.
Yo sí di nombres.
Ruben Aicardi, secretario del Concejo, fue el primero. Aunque desde la comuna continuaban las negativas públicas, fue llamado en privado desde la Intendencia para decirle que debía "solucionar su problema".
No pasó mucho hasta que se probara la verdad.
Su casa familiar en el barrio Juan El Bueno fue allanada por el comisario Juan José Faga, a cargo de Narcotráfico en 14 y 138.
Sus policías fueron aplaudidos por los vecinos en las escaleras de los edificios continuos. Encontraron balanzas, elementos de corte y tanta droga que necesitaron horas para proceder; al punto que algunos pibes desprevenidos aparecían a comprar por la ventanita del fondo mientras los uniformados aún estaban dentro.
Las hermanas Aicardi no pudieron hacer nada, salvo un llamado. Lo que nunca se supo, hasta ahora, es que se comunicaban con el distribuidor que las proveía, desde Mar del Plata, con suficiente poder como para contratar a Fernando Burlando, caro pero el mejor abogado (poco después, a pedido del duhaldismo, defendió a los hornenses del caso Cabezas). Aun así, hubo una sentencia de cuatro años y dos meses de prisión.
Una década después, ya alejado de su fuente de ingresos municipales, Ruben Aicardi prendió el ventilador. Acudió a la oposición a la que había menospreciado y, ante sus puertas cerradas, sólo halló el oído del concejal de Luis Farinello. Cuando Angel Gallese le reprochó aquella y otras palizas a periodistas, El Arrepentido pidió hablar conmigo. Tenía denuncias mucho más fuertes.
Fue la segunda gran crisis de la que también participó el periódico Realidad, que publicó las denuncias y cuyo director detalló el caso ante la TV nacional.
En ese mismo 2005, hubo otro caso de drogas ligado al mussismo. Fue cuando el concejal Juan Tévez recibió un allanamiento de fuerzas federales que buscaban sustancias prohibidas por las autoridades sanitarias en su casa, donde funcionaba una radio ilegal y El Patio de Tévez, una bailanta trucha.
La información me fue confirmada en persona por el secretario de Juzgado, a quien entrevisté en exclusiva para FM La Guillotina, junto al director de Realidad.
No todas las relaciones que se establecieron entre el mussismo y los narcos son ciertas. En 1998, cuando el comisario Ernesto Lamardo fue eyectado de la seccional cabecera del distrito, políticos y periodistas rumorearon que se debía a la detención de un puntero en cuyo auto llevaba drogas, hombre por el que el oficialismo local había pedido su liberación. “No hacer lugar a la llamada, selló el destino de Lamardo”, deslizaban.
Sin embargo, cuando nos dio una exclusiva en el medio del campo, por Pergamino –su nuevo destino– donde fuimos con Osvaldo Chamorro, dueño de FM Aries en Hudson, el propio Lamardo me lo desmintió.
Y no tenía porqué mentir. ¿No?




NOTA V
"Tantas veces me mataron..."

Con el fin de año del Cincuentenario, culmina esta serie de notas críticas acerca de la historia política local. (Nota 5 de 5)

Juan J. Mussi se acerca a cumplir 70 años el 9 de enero (de 2011). Ya tiene marcas en la cara, una aureola de borde rojo bajo el ojo derecho y las mejillas colgantes como las de los bulldogs. No es descabellado que El general en su laberinto prepare su herencia.
Su séquito habla de cuando no esté. Desde julio de 2009, la prensa oficialista desmentía “exagerados” rumores, ante una cirugía laparoscópica –de riñón, dijeron– que desde el 3 de agosto lo dejó dos días convaleciente.
Sin embargo, la misma prensa alguna vez dedicada a la mentira y difamación, bromeó:

“Está bien que al Doc se lo vea más flaco pero no da para hablar tantas pavadas”,
en referencia a una “seguidilla de versiones” que no precisó.
El propio intendente, en la tercera semana de septiembre, por FM Espacio, declaró:
“Sé que han hablado un montón de cosas nefastas sobre mi salud, pero estoy muy bien”.
A mediados de octubre, durante un acto en el Consejo del PJ, fue otra vez el intendente quien sacó el tema de su muerte con estas palabras:
“Mandaron a mi casa coronas de flores; dijeron que había chocado con mi auto en la ruta y ahora especulan con mi salud (…) La oposición, que es peor por parte de aquellos que provienen de nuestras propias filas que de los opositores no escatiman improperios (...) Ahora me quieren firmar el certificado de defunción”.
A fin de mes, Jorge Tronqui escribió:
“El oleaje de rumores tuvo agitadores tanto externos como internos de su propio círculo (…) salían corriendo a desparramar la versión (…) los correveidiles del municipio”.
Luego del verano, ya en abril de 2010, a través de la revista La Tecla, de La Plata, Patricio Mussi (h) lanzaba su candidatura a intendente.
Preparaban el terreno.
Pero hace poco, el intendente comentó que será candidato a otra reelección, en lo que parece una sobreactuación de fuerza.
Da lo mismo quién sea. Aunque algunos especulan con que el hijo herede una administración emprolijada, ambos continuarán con igual método clientelar, con los mismos punteros y sobresueldos.
Ojalá el padre tenga muchos años de vida. No vaya a ser que pase como con Néstor Kirchner, que sube en las encuestas y pasa a la historia como un mártir de la política. Ese es el sueño postrero de Juan José I: la Historia. Quedar como el hombre que hasta el último día trabajó para su “querido Berazategui”. Hasta ese punto se cree su propio discurso. Es esa actitud inconsciente de trascender la que lo llevó a escribir libros de versos (¡Tiembla Juan Gelman! Y menos mal que Jorge L. Borges está enterrado en Ginebra donde no le llegan estos rumores).
Me siento tentado a escribirle su biografía. Pero si quiere quedar bien parado, el precio será alto. Ya mismo le hago un presupuesto (quién sabe, en una de esas, con los años se torna bueno).

Plan de cuotas
1ª: Echar a todos los corruptos o decretar un “desde ahora sí que no se roba más”.
2ª: Reducir al 10% el presupuesto de las Secretarías Privada y de Gobierno.
3ª: Pasar esa enorme fortuna a Salud (así podría hacerlo quedar bien como médico), para que haya pediatras en todas las unidades sanitarias, que deberían abrir las 24 horas.
4ª: Abandonar los pagos secretos a dirigentes de entidades para que hablen bien del jefe comunal. Con ese dinero, aumentar los salarios de los que trabajan de verdad.
Ya con eso podríamos empezar a tener una ciudad mejor.
Después, sería demasiado pedir que blanqueasen todas las cuentas de este cuarto de siglo. ¿Por qué habrían de hacerlo? Tuvieron su oportunidad en cada rendición ante el Concejo Deliberante pero cada año hacen lo mismo: envían el último día los cajones con candado, apuran la sesión e impiden a la oposición controlar los comprobantes.
Así esconden gastos injustificables como la boleta, en mitad de los ‘90, del desayuno para Mussi… en un hotel lejos del distrito.
El presupuesto del año próximo –votado el 24 de noviembre– es de $221 millones con 1584,56 –¿qué cuenta habrán sacado para que les dé 56 centavos?–.
Con tanto dinero, podría hacerse verdadera Justicia Social. No digo que vaya a equiparse con Kirchner pero todavía está a tiempo de intentarlo. Después de todo, va “muy bien de salud” y tiene muchos años por delante. (FIN)